Estaciones y cualidades en la cocina

Dra María Pérez Benítez

“No comas solo por placer, aunque puedas encontrarlo.
Come para ser más fuerte. Come para conservar la vida que se te ha concedido”
Confucio

¡Llega la primavera! Empieza el 21 de Marzo cuando el día iguala a la noche. Más horas de  sol, más luz…; todo brilla de otra manera, la naturaleza que nos rodea se despierta, es la estación verde, es el momento de las plantas que después de germinar dentro de la tierra, empiezan a florecer. Igual ocurre dentro de nosotros: nuestra energía y entusiasmo parecen florecer; es el momento de abrirnos, limpiarnos y purificarnos de forma “gradual” de los excesos del invierno. En primavera empezamos a planear las vacaciones y actividades del verano, a salir más… Queremos hacer más actividades fuera de casa, disfrutar del sol, la brisa, y de la lluvia ligera.

Siempre he considerado que la mejor medicina que puede existir es la medicina preventiva. En muchas ocasiones los pacientes, cuando vienen a verme, lo que me preguntan después de su afectuoso saludo es:

“Me encuentro bien, no sé que contarle, creo que ya me puede dar el alta”.

En cada ocasión que esto sucede y mis pacientes me dicen esas palabras “Me encuentro muy bien” me invade una gran satisfacción, y es realmente reconfortante como profesional. Y es ahí en donde le comunico al paciente que es en ese momento donde comienza la verdadera medicina; conseguir que pasen las semanas y los meses sin perder ese bienestar.

Dicho bienestar se puede conseguir, teniendo conocimiento de nuestro cuerpo y estando atento a las señales que empiezan a indicar alguna alarma. Un ejemplo de esto podría ser cuando se empieza a tener malas digestiones de forma recurrente. Cuando comienzan a molestar las rodillas al bajar escaleras, o cuando el insomnio empieza a repetirse. Incluso sí el estado anímico baja y permanece ahí demasiado tiempo. Hay tantas y tantas alarmas que nuestro organismo nos hace saber de una forma u otra, y que sin embargo, en la mayoría de ocasiones no se hace nada para remediarlo, con la consideración de que será pasajero.

De ahí la importancia de prevenir, y en mi particular interés tanto en lo que me cuenta el paciente, como en aquello que no dice, trato de observar y detectar esas alarmas o en ocasiones solo indicios que pueden haber pasados inadvertidos incluso para uno mismo.

Mi empeño en ese momento es conseguir la colaboración del paciente para mantener ese bienestar y buena salud que por fin siente. Siempre he creído y con los años la experiencia me lo ha confirmado, que al igual que es uno el que enferma también es uno el que consigue sanar. Y mi trabajo es ayudar a la persona en el proceso. Para ello trato de mantener una continua comunicación con la persona en donde además de sugerirle las posibles terapias, le informo y oriento acerca de como su conocimiento acerca de si mismo, y sus decisiones y acciones al respecto son las que definitivamente lograran alcanzar y mantener la salud. De hecho, yo como médico, sí consigo ser efectiva es por la información que la persona me da de si misma, tanto en el plano físico como emocional. Y es de este modo como los dos juntos trabajamos para conseguir el objetivo.

El objetivo siempre es conseguir el estado saludable del paciente. Y para ello mantener una buena alimentación que aporte energía, vitalidad, y dejar que los alimentos actúen como las mejores medicinas es fundamental.

Siempre sugiero desestimar productos que no sean de temporada, los productos refinados, precocinados industrialmente…  A la alimentación le añadiremos el evitar el sedentarismo, haciendo un ejercicio adecuado a la persona.

Llegó la primavera y con ella, otra forma de vivir y nuevas recolecciones de alimentos. No solo debemos adaptar nuestra ropa o nuestras actividades a la nueva temporada. También la alimentación. En la sección de recetas podréis encontrar mis sugerencias para la esta estación.

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