Fibromialgia, fatiga crónica y alimentación

Dra María Pérez Benítez

Cuando trato pacientes con síntomas de fatiga crónica o fibromialgia, siempre les subrayo que  la alimentación en este tipo de enfermedad tiene un papel determinante. En un gran número de estos pacientes encuentro la desilusión y el cansancio de llevar tiempo intentando mejorar sus síntomas sin éxito, por lo que encuentro mucha decepción en ellos. En estos casos, trato de introducir una alimentación con mucho dulzor, calor interior y energía. Y sobre todo confio en ayudarles a volver a conectarse con ellos mismos y así que obtengan alegría de vivir.

Se ha de seguir una alimentación que favorezca la depuración del hígado y evitar intoxicarlo con medicamentos químicos, siempre con la ayuda del médico o profesional sanitario especializado.

Habitualmente un cambio drástico en los hábitos de alimentación, con suplementos nutricionales y apoyo emocional y de crecimiento personal. Todos aquellos pacientes que logran seguir estas pautas encuentran una gran mejoría.

Alimentos y sugerencias

Los alimentos, han de proporcionarnos vida. La enfermedad es la falta de energía y este déficit se expresa en forma de síntoma.

Siempre recomiendo los alimentos biológicos, que son asimilados por el organismo sin alterar las funciones metabólicas. Sugiero consumir alimentos que están dentro de una zona de equilibrio energético:

  • Verduras redondas: brócoli, col, calabaza…
  • Verduras de raíz: cebolla, rábano, zanahoria, nabo, chirivía…
  • Algas
  • Cereales integrales. Maíz, quinoa, avena, cebada, arroz, mijo, trigo, trigo sarraceno…
  • Semillas oleaginosas: de calabaza, girasol, sésamo…
  • Proteínas vegetales: legumbres (garbanzos, azukis, lentejas…), seitán, tofu, tempeh-
  • Pescado de agua dulce: Carpa, lucio, barbo,trucha, …
  • Pescado de agua salada, preferentemente, pescado blanco y azul: bonito, atún, mero, rape, salmón, sardina, merluza. (el marisco no es recomendable en la fibromialgia porque afecta a hígado).

Sería indicado dejar de comer:

  • Proteínas animales.
  • Chocolate, azúcar y refinados.
  • Productos lácteos.
  • Fritos.
  • Alcohol.
  • Marisco.
  • Frutos secos.

Testimonio de María Teresa.

María Teresa de 47 años, respondió a unas preguntas acerca de cual fue su experiencia y evolución en su caso de fibromialgia y fatiga
crónica que transcribo a continuación.

¿Cuál fue el motivo por el que viniste a la consulta?

Porque a pesar de haber tomado muchos medicamentos, de haber recurrido a varios tratamientos y de haber visitados a varios médicos incluido un homeópata, nada funcionaba. Estaba desencantada de todo, cuando una persona me con mi mismo problema me comento su experiencia con el tratamiento de la doctora María Pérez. Su testimonio me convenció de ir a la consulta. No tenía muchas esperanzas, a pesar de la recomendación, para mí, se trataba de “otro médico más”. Y sin muchas esperanzas, vine a probar. ¡Y menuda sorpresa!

Estas diagnosticada de fibromialgia desde el 2003, ¿Cierto?

Si de fibromialgia y fatiga crónica.

¿Cuál era tu estado emocional?

Lleva años con depresión de ansiedad y no podía superarlo.

¿Cuál fue tú primera impresión cuando llegaste a la consulta? ¿Saliste esperanzada con el tratamiento, o tenías dudas?

Tenía muchas dudas y poca esperanza, pero quería probar. Y tenía ganas de hacerlo, mi enfermedad está ligada a muchas otras y cada vez iba a peor, cuando llegué a tú consulta, también me habían diagnosticado el síndrome químico múltiple, me sentía en caída libre.

¿Qué modificación tuviste que hacer en tú alimentación, y qué tuviste que dejar?

Para empezar deje todo tipo de carnes, no las podía tomar porque mi cuerpo estaba muy intoxicado. Ni carne, ni pescado. Dejé todo lo que tenía origen animal. También dejé de comer fruta cruda, la comía cocida y separada de las comidas. Como soy muy golosa me enseñaste a hacer compotas con la fruta y a cocinar los alimentos en forma de “pastel”. Resolviste mis dudas, y me indicaste como dar sabor, me ayudaste a que me apeteciera y me gustará la “nueva comida”.

¿Cuánto tiempo transcurrió hasta que notaste mejoría?

Alrededor de un mes, después de ese tiempo la mejoría de verdad fue enorme. Cuando volví a la consulta te dije “esto si que funciona,
ahora si”.

¿Te desaparecieron los dolores? Y ¿cómo estabas psicológicamente?

Me encontraba mejor, había mejorado mucho. Al caminar ya no sentía dolor y sobre todo estaba mucho menos cansada, tenía más energía. No sé como explicarlo, me emociono al contarlo, estaba muy al cuando llegué y ahora miro mi vida de antes y me doy cuenta de lo mal que estaba.

Te recete terapia médica y cambio en la alimentación ¿piensas que la alimentación te ayudó a conseguir este cambio?

Si! Sin duda! Antes tenía muchos problemas digestivos, el colon irritable, flatulencias, diarreas… Todo esto se corrigió a los diez días
de cambiar la alimentación, y empecé a dormir por las noches.

Y ahora después de muchos meses de haber empezado, ¿lo sigues manteniendo?

Las pautas básicas, jamás las he dejado de seguir. Ya no tengo ganas de comer carne, solo alguna vez como alguna chuleta de cordero, y
casi por compromiso. Y es que ahora ya no me gusta como antes.

¿Te sigues encontrando bien?

Uf !Ahora estoy de maravilla! Las personas que hacia tiempo que no me veía, se sorprenden de verme así! Ni dolor en la espalda, ni rampas en las piernas, nada!

De todos los platos que te he enseñado a cocinar, ¿Cuál es el que más te gusta?

El arroz. Esa especie de “paella vegetariana” Me encanta! Y también disfruto mucho con las compotas de fruta, como soy muy golosa, me
chiflan. También me gusta mucho, la avena que cocino con naranja canela o higos. He aprendido a hacer nuevos platos, he sacado la creatividad que llevo dentro, y así vario.

A María Teresa modificar su alimentación le cambio la vida. Ahora lo mantiene de una forma menos estricta. Cuando fue necesaria toda su fuerza de voluntad e implicación para que el tratamiento funcionara, lo hizo.

El tratamiento médico y los suplementos nutricionales fueron muy importantes, pero sin duda su cambio de alimentación fue determinante.

Testimonio de Cristina

Asun una gran amiga médico de  Urretxu , País Vasco. Me pidi ó ayuda con una paciente que había sido diagnosticada con esclerosis múltiple. Creo firmemente que un cambio en la alimentación puede beneficiar en gran medida en cualquier enfermedad, pero necesito valorar cada caso individualmente. Por ese motivo le sugerí que viniese a visitarme a la consulta y fue así como conocí a Cristina, y volvió a su casa con un drástico cambio en sus hábitos alimenticios, y un tratamiento que incluía suplementos nutricionales. Ella fue muy concienzuda y disciplinada con todas las recomendaciones y ha sido un ejemplo para todos mis pacientes, ya que siempre echa una mano a quien se lo pide con su consejo y experiencia.

Cuando le pedí a Cristina su testimonio, me mando el siguiente mail:

“Realmente yo estaba predestinada a utilizar los servicios de la medicina alternativa. Primero porque una tía mía es médico
homeópata, y en mi familia ya recurríamos a ese tipo de medicina; y segundo porque siempre he creído que hay alternativas a la medicina tradicional, las cuales no dañan tanto al cuerpo.

Cuando me diagnosticaron esclerosis múltiple decidí que no me trataría con medicina convencional, de hecho, solo tomé cortisona que me recetaron para frenar el brote, durante 5 días. Cuando el diagnostico fue claro y rotundo, me puse en manos de la doctora María Peréz. Estaba segura de que con disciplina, voluntad y siguiendo fielmente el tratamiento todo iría bien y no volvería a tener brotes. Siempre me ha interesado el mundo de la medicina natural, por lo que no fue difícil aplicar lo que se me indicó. Quizás lo que
más me chocó fue la gran cantidad de suplementos de medicina ortomolecular que tenía que tomar y que posiblemente me tendrían que acompañar el resto de mi vida.

Respecto a la alimentación, no supuso una gran dificultad, conocía la mayor parte de alimentos que me proponían porque siempre me ha gustado leer sobre cocina y me fascina cocinar y experimentar con nuevos ingredientes, formas de cocción texturas, etc. Lo más difícil sin lugar a duda fueron las algas, de hecho, todavía hoy me cuesta mucho introducirlas en mis menús. Su sabor tan acentuado y potente hace que sea complicado a la hora de cocinar.

Siempre he sido muy disciplinada, y seguí a rajatabla todas y cada una de las recomendaciones médicas. Al principio fue difícil
porque perdí mucho peso, no comía suficiente cereal y limité al máximo las grasas; pero cuando mi cerebro asimiló el cambio aprendí a pensar, no en términos de” régimen” sino en cambio de hábitos y de actitud respecto a la comida y a la toxicidad que ciertos alimentos ocasionaban a mi cuerpo -lo que no me convenía en absoluto- todo mejoró de manera espectacular, incluso cambió mi piel.

 

Estoy absolutamente convencida de los beneficios de este tipo de alimentación porque yo misma lo he experimentado en mi cuerpo, y lo aconsejo a cualquiera que esté dispuesto a escucharme. Por supuesto supone un cambio radical en ciertos aspectos, sobre todo en términos de sociabilidad. Algunas personas lo ven imposible, pero siempre digo que no hay que hacerlo de un día para otro, poco a poco sin exagerar se consigue más y al final forma parte de tu estilo de vida.”

Más artículos

Scroll al inicio